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INSTITUTO SANTA ANA

El Convento de las Hermanas y el Instituto Santa Ana

    Los Padres Capuchinos pertenecían a una orden religiosa de mucha importancia para O´Higgins. Se encontraban dentro de la estancia San Luis, propiedad de la señorita Mercedes Saavedra de Zelaya. 

    Según la profesora María Luisa Jacobs, en el año 1923, se retiraron del pueblo por varias dificultades. Ante esto, la dueña de las tierras no abandonó su proyecto de establecer una comunidad capuchina. Habló con el Comisario Provincial, el Padre Andrés de Mendigorría y llegaron a un acuerdo. El 9 de abril de 1930, el Padre envió una solicitud al Monseñor Francisco Alberti, pidiendo su beneplácito para establecer un convento en la estancia “San Luis”. A pocos días se aprobó el pedido. A fines de ese año, quedó establecido el convento para las Hijas de Santa Ana. 

    En el año 1942, la señorita Mercedes donó a las Hermanas un edificio que había hecho construir para la educación de los jóvenes a nivel cultural y religioso. Además, les donó cinco hectáreas de terreno. 

    La bendición de la Capilla y de la Escuela fue llevada a cabo por Rdo. Padre Respuela de Junín, secundado por el Rdo. Padre Superior de los Capuchinos y el Rdo. Padre Agustín L. Puig. Se bendijo bajo la advocación del “Inmaculado Corazón de María”. 

    El pergamino recordatorio de la inauguración de la Escuela Taller dice: 

    “En O´Higgins, partido de Junín, a 12 días del mes de septiembre del año del Señor 1942, en la festividad del Santísimo nombre de María, el Pbro. Dr. Juan M. Respuela, Párroco de Junín bendijo esta Escuela Taller donada por Doña Mercedes Saavedra Zelaya, en memoria de sus padres Dr. Luis M. Saavedra y Doña Dámasa Zelaya y puesta bajo la advocación del “Inmaculado Corazón de María”, para ser dirigida por las religiosas Hijas de Santa Ana. Fueron padrinos de la Ceremonia la Sra. Dámasa Saavedra de Zelaya de Famas y el Señor Pedro C. Cichero”.

    Según una de las crónicas escritas por las Hermanas, “se comenzó por la bendición de los ornamentos, de la sacristía, mientras las Hermanas entonaban la Salve Regina. A continuación, el Padre revestido de capa, entonando los salmos, salió de la Capilla, y después de rezar las letonias de los santos, la recorrió bendiciendo los muros, y llegando nuevamente al altar, bendijo la custodia y las imágenes”.

    Terminada la bendición, el Rdo. Padre Respuela pronunció las siguientes palabras: “Hay que destacar, en primer término, los cristianos propósitos que inspiraron a la Srta. Mercedes al realizar tan magnífica obra. La casa queda desde estos instantes abierta para todas las almas que buscan el calor de la doctrina de Cristo. Es importante la educación de la mujer. Porque si se educa y se salva a la mujer, se salvan los hogares y con ellos la patria”.   

    Las primeras religiosas fueron: la Madre Superiora Sor Angélica Brambilla y las Hermanas Sor Luisa de la Asunción, Sor Ana María de Nazareth y Sor Ana Clara. Luego, llegaron las Hermanas Teresa y Pierina. Ellas se dedicaron a la enseñanza de la fe cristiana y de diferentes oficios, como corte y confección, castellano y aritmética.

    La Sra. Matilde Valentino, vivió con las Hermanas desde el primer día. Comenzó a trabajar a los 14 años en el Convento, ayudando a la Hermana Clara a limpiar la Capilla. En el año 1948, toda su familia decidió irse a vivir a la Capital Federal, pero Matilde no quiso irse. “En el ´48 ya se fueron definitivamente. A mis hermanos se los llevaron. Yo no quería, entonces la Madre Angélica, les propuso a mis padres que yo me quedara con ellas. Le dijo que me necesitaban. Y me quedé en el Convento hasta cuando se las llevaron. Para mí, fue lo más triste, yo tenía toda una historia ahí. Casi 70 años estuve junto con ellas”, explicó Matilde con lágrimas en los ojos.

    El domingo 13 de septiembre de 1942 se llevó a cabo, a las ocho dela mañana, la primera misa en la nueva Capilla del Convento. Ofició la ceremonia el Rvdo. Padre Superior de los Capuchinos. De allí en adelante, las misas se celebraron de lunes a sábado a las 7:00hs. y los domingos a las 8:00hs. 

    El lunes 14, se abrió la inscripción para la Escuela Taller. Se anotaron 83 alumnas. Los cursos que se brindaron eran los siguientes:

    -Corte y confección: lunes, miércoles y viernes. Primer turno de 14hs. a 15:30hs. Segundo turno de 15:30hs. a 17hs.Y martes y jueves de 16hs. a 17hs Clase a cargo de la Srta. Regina Martín.

    -Bordado a mano (para mayores de 12 años): martes y jueves. Primer turno de 14hs. a 15:30hs y segundo turno de 15:30hs. a 17hs. Clase a cargo de la Hermana Clara.

    -Bordado a mano (para niñas de 8 a 11 años): lunes, miércoles y viernes de 9:30hs. a 11hs. y martes y jueves de 14 a 16hs. A cargo de Sor Ana María de Nazareth.

    -Jardín de Infantes (para niñas de 5 a 7 años): lunes, miércoles y viernes de 14hs. a 16hs. y martes y jueves de 9hs. a 11hs. Estaba a cargo de la Hermana Ana María de Nazareth.

    Todas las alumnas tenían que asistir a una clase de media hora de religión por semana, a cargo de Sor A. Luisa de la Asunción. A su vez, se conformaron dos coros: uno con niñas pequeñas y otro con jóvenes de 12 a 14 años.

    El lunes 28 de septiembre comenzaron las clases. El total de inscriptas había aumentado a 162. En octubre se agregaron nuevos cursos como el de francés y el bordado a máquina. 

    El Instituto Santa Ana comenzó a funcionar el 16 de marzo de 1965, en el Convento de las Hermanas Hijas de Santa Ana. La madre superiora, en ese momento, era la Madre Ana Mercedes Merlo. La primera rectora fue la Hermana Ana Rosa Simonetti.

    Ya unos años antes, habían ocurrido varias reuniones con el objetivo de formar una Escuela Secundaria mixta. Una de las crónicas de las Hermanas detalla: “El 26 de septiembre de 1964, se realizó la primera reunión con los hombres del pueblo con el fin de tratar la iniciación de un colegio secundario. La preferencia era formar una Escuela Comercial Nacional Mixta, en la que los niños y niñas que hayan terminado el 6to grado, pudieran continuar los estudios, ampliando sus conocimientos intelectuales y culturales, como se está haciendo en los demás pueblos”.

    Los objetivos de esta Escuela Secundaria eran: brindar educación católica a todos los alumnos y otorgarles enseñanzas que mejoren las posibilidades de trabajo y el acceso a una educación superior. A la Comunidad Religiosa le interesaba el nivel espiritual, intelectual y humano de todos los habitantes del pueblo.    

    El 2 de noviembre visitó el Convento de las Hermanas, la Superiora Provincial, en compañía de la Directora de las Escuela Secundarias de Buenos Aires, Sor Ana María Cristina. Respondieron al pedido de los habitantes del pueblo e informaron que la nueva escuela se iniciaría en el próximo año lectivo 1965. 

    Se comenzó con treinta y tres alumnos, mujeres y varones. Era algo nuevo para las Hermanas. 

    Al principio funcionó en los espacios del convento. Luego, se empezaron a construir aulas nuevas. La primera promoción egresó en el año 1969: Agustini Irma, Azpelicueta Sonia, Adami Inés, Arce Elena, Bisset Susana, Bello Cristina, Centoz Silvia, Daghero Stella Maris, Erros María Silvia, Jacobs José Anibal, Levatte Carlos, Leys Zunilda, Lucero Esther, Lusardi Nora, Lesgourgues Alicia, Maggi Osvaldo, Prandi Marissa, Pagano Carlos, Ramos Mirta, Ojeda Stella, Torreblanca Oscar, Tintorelli Miguel y Zilli Nélida.